Cuando llegue el momento de caer en los brazos de Morfeo, en la intimidad de su alojamiento, cierre los ojos y déjese mecer por el susurro de las olas, acompasado por el graznido de las últimas gaviotas que se retiran a sus nidos. En la llanura, también los grillos, en una afinada sinfonía, dan la bienvenida a las estrellas. Buen descanso.